The Truman Show: una imagen de la dominación absoluta

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El objetivo de este trabajo es analizar el film The Truman Show (Peter Weir, 1998).  El análisis de contenido se centrará en cuatro puntos fundamentales de la dinámica narrativa del filme. En primer lugar, los supuestos subyacentes; segundo, el desarrollo de la vida de Truman en Seahaven; tercero, el punto de transformación del personaje y, por último, el desenlace o resolución del conflicto. Nuestro recorrido se propone abarcar de forma completa las dimensiones del filme en sus aspectos más relevantes.

1. Supuestos del punto de partida del filme

Cuando un film comienza a desarrollarse, hace visibles determinados segmentos de su argumento y deja, inevitablemente, otros, tal vez secundarios, sin mostrar. Esta selección evidentemente no es casual y es también necesaria. Existen fragmentos cuya presencia en superficie no es necesaria para la comprensión del argumento, pero cuya existencia sí es imprescindible para que la trama sea coherente. Se trata de una necesidad lógica que el film ha decidido no mostrar, por tratarse de escenas que se deducen o son redundantes, etc.

En este apartado, nos centraremos en aquellos segmentos no presentes pero necesarios que son narrativamente anteriores al film, aunque parte de su argumento. Los supuestos se basan generalmente en convenciones y son construcciones mentales que el receptor del discurso debe completar. Estos supuestos son posibles, ya sea porque ciertas escenas no fueron presentadas, o porque el film da indicios acerca de ciertas condiciones necesarias que debieron cumplirse para que la trama haya llegado a ser como es. En este sentido, el receptor debe construir un sistema de supuestos que guarden coherencia con la trama visible del film. En otras palabras, si la trama del film fuese una larga línea, y a nosotros solo se nos mostrara un segmento reducido de la misma, el segmento que permanece oculto debe ser completado a fin de que la trama en su conjunto adquiera sentido.

En The truman show, se pueden sugerir distintas clases de supuestos que mantienen cierto equilibrio lógico con el argumento. Para facilitar las cosas, abordaremos los supuestos subyacentes al filme desde tres puntos de vista diferentes: desde la perspectiva de Truman (la estrella), desde la visión de Christof (el creador) y desde la óptica de la audiencia interna (en oposición a externa, que seríamos nosotros en tanto que receptores).

Plano de Truman

Aquí nos ubicaremos en la mente de Truman. Estudiaremos ciertas condiciones necesarias que debieron ocurrir en su mente, desde su nacimiento hasta el día en que comenzamos a conocer su vida, a fin de que la situación de partida del film sea lógicamente posible. En otras palabras, plantearemos los supuestos que subyacen al comienzo del film desde la óptica de Truman. En este plano, podemos encontrar, por lo menos, dos supuestos que debemos considerar como necesarios: por un lado, es imprescindible que Truman haya edificado desde niño un sistema de creencias en su mente que le permita interactuar, es decir, que haya construido una imagen del mundo; y, por otro, es necesario que esa imagen del mundo se sirva de patrones culturales análogos a los patrones culturales del mundo real de quienes siguen su show, a fin de que sea para ellos comprensible y, en consecuencia, suscite su interés.

Imagen del Mundo

Para aceptar que Truman pueda a los treinta años comunicarse con sus semejantes, compartir con ellos los mismos códigos, símbolos y convenciones, que conozca asimismo las leyes y las obligaciones morales de su sociedad, debemos admitir que fue socializado, que fue insertado en la sociedad, internalizando patrones sociales y culturales propios del medio social y cultural (aunque sea ficticio) en que se mueve. Así, tenemos que suponer que Truman debió construir, desde su nacimiento, un sistema de creencias, una imagen del mundo que se sostuviera con su entorno y que le permitiera forjar una personalidad, un lenguaje, un conocimiento de los peligros que entraña la vida, en suma, que le diera la posibilidad de formar parte del acervo cultural y, en consecuencia, que hiciera posible su contacto mental y social con otros seres humanos. Ludwig Wittgenstein, en su libro Sobre la certeza, escribe al respecto:

“El niño aprende a creer muchas cosas. Aprende a actuar de acuerdo con ciertas creencias, se forma un sistema con las cosas que cree y, en tal sistema, algunos elementos se mantienen inmutables y firmes, mientras que otros son más móviles. Lo que se mantiene firme lo hace no porque intrínsecamente sea obvio o convincente, sino porque se sostiene con lo que le rodea.” (Aforismo 144, Wittgenstein 1979).

En el proceso de formación de creencias, el sujeto va formando, a partir de una continua interacción con el mundo que le rodea, ciertas creencias que aprende a considerar indudables. A través de la experiencia irá descartando aquellas que no sirvan para explicar o que no se correspondan con el mundo exterior. Al mismo tiempo, otras creencias permanecerán fijas y se constituirán en ejes del conocimiento. En nuestro caso, conforme Truman se relacionaba con su mundo exterior, fue aceptando su carácter de real, de verdadero, fue formando un edificio de creencias dentro del cual su entorno no era discutible. Es decir que, dentro de su imagen del mundo, las cosas que él vivía eran reales, verdaderas, pero no porque intrínsecamente lo fueran, sino porque guardaban coherencia lógica con su sistema de creencias. A este respecto, cabe citar un pasaje de La República de Platón:

“ -[…] Imagina un antro subterráneo que tenga en toda su longitud una abertura que dé paso a la luz, y en esta caverna hombres encadenados desde la infancia, de suerte que no puedan mudar de lugar ni volver la cabeza a causa de las cadenas que les sujetan la cabeza y el cuello, pudiendo solamente ver los objetos que tienen en frente. Detrás de ellos, a cierta distancia y cierta altura, supóngase un fuego cuyo resplandor les alumbra, y un camino escarpado entre este fuego y los cautivos. Supón a lo largo de este camino un muro […]
-Ya me represento todo eso.
-Figúrate personas, que pasan a lo largo del muro, llevando objetos de toda clase, figuras de hombres, de animales, de madera o piedra, de suerte que todo esto aparezca sobre el muro.
[…]
Por lo pronto ¿crees que puedan ver otra cosa de sí mismos y de los que están a su lado, que las sombras que van a producirse en frente de ellos en el fondo de la caverna?
[…]
-No.
-Si pudieran conversar unos con otros, ¿no convendrían en dar a las sombras que ven los nombres de las cosas mismas?
[…]
-Sin duda.
-En fin, no creerían que pudiera existir otra realidad que esas mismas sombras.
-Sin duda. […]” (Platón 1946: 310,311)

Truman es uno de esos hombres, encadenado desde la infancia en una gran caverna en la que se proyectan las sombras de los objetos y seres reales. Un gran escenario ficticio colmado de personas y objetos que, si bien son reales en su naturaleza, pretenden ser otra cosa de lo que son, convirti¬éndose así en meras apariencias, en sombras de su realidad. La enorme caverna en que vive Truman fue construida para suscitar en él la apariencia de que su mundo es genuino, coherente, y de que su vida es una más dentro de las millones de vidas del planeta. De modo que él concibe su mundo como real, como auténtico e indiscutible, no por sus cualidades inherentes, sino porque, tal como señala Christof, su creador, casi al final del film, “aceptamos la realidad del mundo que nos presentan, eso es todo”.

Patrones culturales

Una de las funciones de la socialización de Truman, como mencionamos, consistió en la internalización de los valores de su cultura. Pero, a fuerza de que el show obtuviera repuesta por parte de la audiencia, debieron socializar a la estrella del programa a partir de los mismos patrones culturales de la audiencia. Es decir, a fin de que el show fuese comprensible, atractivo, y generara la idea de una vida muy parecida a la real, con mismos códigos, mismas obligaciones y rutinas, debieron educar a Truman siguiendo los mismos métodos usados en el mundo de la audiencia interna. Así, por ejemplo, Truman asiste al colegio, conoce a Magallanes y a los hombres que forjaron la historia, descubre el globo terráqueo, se entera de la existencia de las islas Fiji, asiste a la universidad, consigue un trabajo, tiene una novia con quien luego contrae matrimonio, habla un lenguaje inteligible, se enamora; en suma, hace las cosas que un hombre hace en una sociedad como la de la audiencia interna, siguiendo sus mismas costumbres y tradiciones. Esta formación planeada y controlada sirve para desarrollar en el mundo de Truman una serie de patrones análogos a los del mundo que lo observa y consume, haciéndolo comprensible para sus espectadores, que logran identificarse con su vida y pueden proyectar en él sus miedos, deseos y demás sentimientos.

La internalización de valores y metas culturales le permitió a Truman relacionarse con sus semejantes. Sin embargo, este proceso encierra un propósito distinto: convertirlo en una persona manipulable. El hecho de que Truman se convierta en ser social viene aparejado con la incorporación de miedos, limitaciones, valores morales y normativos, que lo convierten en un ser fácilmente controlable. Del mismo modo que un caballo debe ser domado para su fácil manejo, Truman debió ser socializado para su mejor control.

Plano de Christof

Como mencionamos, en el proceso de formación de Truman, debió existir una diaria dedicación por parte del creador del gran escenario, a fin de que su imagen del mundo no solo incorporara el acervo cultural de la sociedad ficticia en que se movía, sino que también le confiriese cierta confianza respecto de su entorno. A fuerza de que Truman no descubriera la verdadera naturaleza del mundo en que vivía, debieron apelar, pues, a métodos de socialización que lo frustraran, reprimieran, contuvieran y evitaran su insubordinación. De este modo, cabe pensar en la importante función de Christof en el argumento.

La función básica de Christof es la de conservar el status quo: limitar, a través de mecanismos de coerción, el ámbito de acción de Truman a fin de que no cuestione su entorno y no intente cambiar su situación de vida. El personaje de Christof representa, de alguna manera, el polo opuesto a Truman: mientras que este último es socializado, controlado, manipulado y limitado en sus acciones y pensamientos, el primero, en cambio, socializa, controla, manipula y limita las acciones y pensamientos del segundo. Cundo Christof es entrevistado e interrogado acerca de la naturaleza y los secretos del show, declara:

[…] As the show expanded, naturally we were forced to manufacture ways to keep Truman in Seahaven, demonstrating that every venture is accompanied by a risk.

El equipo de técnicos en general, y Christof en particular, ha intentado fijar limitaciones en la personalidad de Truman que evitaran que se diese cuenta de que su mundo no era real y genuino como él lo concebía, sino un gran escenario de televisión.

Plano de la audiencia

La audiencia le ha permitido al show llegar a ser lo que es. Ha originado su nacimiento (en tanto el programa se basó fundamentalmente en la propensión latente de la audiencia a observar esa clase de programa o, si se quiere, fue la audiencia la que mostró gran interés ni bien el show había comenzado), ha favorecido su desarrollo (logrando que el show tuviese un altísimo rating incluso cuando Truman duerme) y ha permitido su permanencia a través de treinta años. Así, pues, la audiencia interna, en tanto personaje colectivo, desempeña una función esencial en el film. El diálogo que durante la entrevista mantienen Christof y el periodista, hace referencia a este éxito de rating del programa:

INTERVIEWER
Let’s talk about ratings. “Truman” has always enjoyed top ten status but the huge surge over the last few days — how do you hope to sustain that audience now that Truman appears to have reconciled himself?
CHRISTOF
As you know ratings have never been our primary goal. I imagine we’ll lose those voyeurs only interested in witnessing Truman’s latest torment. However, I’m certain that our core audience will remain loyal.
INTERVIEWER
But recent events have been so dramatic, it does raise the perennial question. What keeps us watching this one man twenty-four hours a day eating, sleeping, working, sitting for hours in contemplation?
CHRISTOF
It has to be the reality.
[…]
We’ve become tired of watching actors give us phony emotions, bored with pyrotechnics and special effects. While the world he inhabits is counterfeit, there’s nothing fake about Truman himself. No scripts, no cue cards. It’s not always Shakespeare but it’s genuine. That’s how he can support an entire channel.
INTERVIEWER
A window onto the human condition?
CHRISTOF
I prefer to think of it as a mirror.
[…]
Not only does he give us a glimpse of the truth, he gives us a glimpse of ourselves.

Aquí se ponen de manifiesto distintos aspectos con relación a la audiencia que merecen un comentario especial. En primer lugar, se divide la audiencia en dos clases: por un lado, los voyeuristas, y, por otro, la audiencia central. Los primeros miran el show para satisfacer ciertas necesidades o deseos, espiando las acciones de otros, viéndolos desnudos, observándolos experimentar placer o padecer tormentos, quizá con el fin de poder acceder a determinadas sensaciones a través de terceros, que por sí mismos no pueden obtener. Los segundos tienen otras intenciones, por ejemplo, pasar el tiempo, tener una compañía, relajarse, cubrir silencios, etc. Mientras que unos proyectan sus deseos hacia Truman, otros lo conciben como un compañero.

Esta caracterización de la audiencia nos puede ayudar a forjar una idea acerca del tipo de interés que esta clase de programas suscita. Volveremos sobre este punto más adelante cuando presentemos la conclusión del trabajo. Otro punto importante que se deriva de las palabras de Christof radica en la explicación acerca de porqué el show logra que algunas personas permanezcan sentadas casi veinticuatro horas frente al televisor viendo a Truman comer, trabajar, dormir, etc. Christof atribuye esto a la realidad del show. Sostiene que estamos cansados de ver actores ensayando emociones falsas y de ver programas ficticios llenos de efectos especiales. El hecho de que Truman sea genuino y de que no exista un guión detrás de él, según su creador, genera una atracción especial en la audiencia. Su carácter auténtico, en oposición al de los falsos actores que interpretan papeles prefigurados y previamente escritos, produce en la audiencia un sentimiento de ternura y cariño basado en su inocencia y en su franqueza; en suma, en su condición de verdadero ser humano que no pretende, sino que simplemente es.

Cabe también destacar que Christof hace referencia a la relación que existe entre el mundo de Truman y el mundo de la audiencia. El periodista sugiere la idea de una ventana a la condición humana, mientras que el creador del show prefiere pensarla como un espejo. Esta última parábola sugiere la idea de reflejo especular. Cada individuo de la audiencia encuentra en el show una fiel representación de su realidad, de su rutina, de sus miedos y deseos. Se siente identificado, se reconoce como ser humano, como un componente más en la sociedad, entiende que no está solo, que su existencia es compartida por otros, que sus temores y necesidades no son únicos, esto es, se distingue a sí mismo como perteneciente a un género común que le confiere seguridad y confianza.

2. Punto de partida

El lugar en donde vive Truman, Seahaven, es un mundo forjado a partir de los mismos valores culturales que existen en el mundo de su audiencia. A fin de que el show suscitase interés, debieron de alguna forma reflejar el mundo de los espectadores, reproduciendo los valores de su sociedad, su arquitectura, su gente, etc. Por ello, Truman está casado, vive en una pequeña casa en los suburbios, trabaja en una compañía de seguros, tiene amigos y familiares, etc.

Seahaven como utopía

A pesar de que exista un nivel de analogía con la realidad, Seahaven es mucho más que un reflejo del mundo externo. No es la simple reproducción de una sociedad real, sino que constituye su idealización. En el mundo de Truman no hay robos ni asesinatos, no hay basura en las calles ni desempleo; no se conoce la contaminación, la gente es feliz y los atardeceres son perfectos. Seahaven constituye una exaltación de los valores morales y normativos de la sociedad real. Es, en tanto, una utopía. Un mundo de ensueño, un lugar en ningún lugar, que reúne las propiedades de una sociedad perfecta. Christof, en la entrevista, sostiene:

I gave Truman the chance of living a normal life. The world, the place you live in, is a sick world. Seahaven is the way the world should be.

Seahaven representa una elevación racional del mundo de la audiencia, hecho que tiene, por lo menos, dos objetivos. Por un lado, afianzar el interés de la audiencia, puesto que esto les permite a los espectadores no solo proyectar sus deseos e identificarse, sino ver en este mundo irreal un orden que no encuentran en el suyo. Cansados de ver en su sociedad inseguridad y desgracia, conciben el show como un puente hacia una sociedad más ordenada y segura; triste y deteriorada la primera, feliz y perfecta la segunda. Por otro lado, el segundo objetivo de esta elevación racional de valores estriba en uno de los propósitos fundamentales del creador y de su equipo técnico: retener a Truman en Seahaven. Uno de los medios más simples para lograrlo consiste en hacerle entender que el lugar en que vive es el mejor sobre la tierra, y que sería absurdo intentar salir de él. Si bien existen medios más rigurosos y efectivos a los que el creador recurre para evitar la insubordinación de Truman, la construcción de un lugar perfecto y utópico permite que Truman se sienta a gusto y protegido, y que no desee cambiar el estado de las cosas. Hacia el final del film, cuando Truman descubre la puerta que lo conduce al mundo real, Christof, desde lo alto del cielo, realiza un último intento de retenerlo en Seahaven:

Truman, there’s no more truth out there than in the world I created for you […]. But in my world you have nothing to fear.

La caverna en la que está inmerso Truman establece una doble ilusión. Por un lado, es una ilusión para Truman, pues vive su mundo como si fuese real; por otro, es una ilusión para la audiencia, que da cuenta de una sociedad perfecta e ideal, una sociedad paradigmática, una verdadera utopía.

La rutina como forma de control

Si el mundo en que vive Truman ha sido construido, planificado y radicalmente estructurado, es de esperar, entonces, que la vida de Truman sea una biografía escrita de antemano, planificada y prevista por sus creadores. De este modo, han procurado construir la vida de Truman de manera que él sea completamente predecible. Podemos verlo repitiendo día a día sus chistes, sus saludos, sus horarios. Se encuentra inmerso en una rutina casi mecánica, una reiteración ordenada de acciones que estandariza su existencia y permite controlarlo. Se trata de un mecanismo de coerción no violento que evita la transformación de su subjetividad.

3. Proceso de transformación

En un mundo mágico y perfecto, en el que todos los habitantes son felices, Truman parece ser el único que experimenta sufrimientos. La muerte de su padre, la desaparición de Sylvia, su amada novia de la juventud, su miedo por el agua, etc., son factores que lo atormentan y no permiten su salud mental. En este marco, a pesar de todos los intentos que su creador ha hecho para controlarlo, Truman experimenta la necesidad de un cambio, de una transformación.

Factores que llevan a la transformación

El primer elemento que suscita en Truman cierta sospecha acerca de su entorno, es el encuentro con Sylvia en la playa, justo antes de que la separen de él para siempre. En aquel momento, ella le advierte lo siguiente:

You must listen. Everybody’s pretending, Truman. […]
Do you think this is real? It’s all for you. A show. The eyes are everywhere. They’re watching you, right now.

Desde aquel día, nada será igual. Truman no dejará de pensar en ella y en sus palabras. Tanto es así que el viaje que emprende para salir de Seahaven tiene por objetivo ir a Fiji a buscarla. No obstante, el diálogo que tiene con Sylvia permanece oculto y Truman no se convence totalmente de las palabras de su amada. Es esperable que él haya buscado dar una explicación racional a aquel mensaje que se sostuviese con su imagen del mundo. Los valores de la razón se encuentran tan arraigados en su persona que aquella insinuación adquiere el significado de una declaración alocada de amor más que el de una advertencia real.

Posteriormente, en el momento en que Truman conduce su auto y se dirige al trabajo, hay un problema con el locutor de la radio:

RADIO ANNOUNCER
Don’t forget to bucle up out there in radioland. It’s another glorious…morning…..innnn….. Seaaa…haaaa….vennnn…f..o…o…k…k..l..
[…]
FEMALE VOICE
(from radio)
…west on Stewart… he’s making a right on Holden…

Truman glances up at the street signs along his route and finds that they correspond exactly with the streets quoted on the radio.
[…]
MALE VOICE
(from radio)
…Something’s wrong. Change frequencies…

A partir de este momento, Truman comienza a pensar que alguien lo sigue y vigila. Se despierta en su conciencia un sentimiento de sospecha generalizado: comienza a dudar de todo y de todos. Cuando estaciona su auto y debe dirigirse como de costumbre a su oficina, repentinamente decide cambiar de rumbo. Es decir, rompe su rutina. Deja de ser un personaje casi involuntario para vigorizar su propia voluntad; se convierte en un personaje activo, modificador y dinámico. Ocurre en él una gradual transformación basada en que comienza a darse cuenta de que ciertas cosas no son como deberían ser, y de que existen pequeños errores o contradicciones en su entorno o en su imagen del mundo.

Truman decide, repentinamente, no asistir a su trabajo habitual, sino que ingresa inesperadamente en un banco. Allí descubre que los supuestos ascensores del edificio no son tales, sino sets de grabación. Conforme a estos descubrimientos, comienza a afianzarse en Truman una desconfianza respecto del escenario de su vida. Rápidamente, acude a su mejor amigo, Marlon, quien intentará mitigar su sospecha y demostrarle que no hay nada de que dudar, que todo es real. Truman está confundido.

En una escena posterior, Truman, su madre Angela y su esposa Meryl miran algunas fotografías del pasado y él descubre que en una de las fotografías, en la que aparece con Meryl en el registro civil, ella ha cruzado los dedos en el momento del juramento. Este factor parece ser el gatillo que desencadena en Truman una respuesta desesperada por descubrir qué está pasando. Así, en un arrebatado deseo de averiguar lo que sucede, toma a su esposa por sorpresa y comienza a conducir imprevisiblemente hacia destino incierto. Christof y su equipo no dudan en dominar tal insubordinación simulando un problema en una central nuclear. En ese momento, un oficial se acerca al auto de Truman y les comenta que el camino está obstruido:

TRUMAN
Now what?
OFFICER
Leak at the plant. They had to shut her down.
TRUMAN
Is there any way around?
OFFICER
The whole area’s being evacuated.
TRUMAN
Well, thank you for your help.
OFFICER
You’re welcome, Truman.

En el momento en que Truman nota que un desconocido, a quien jamás ha visto antes, conoce su nombre, confirma las sospechas que venía abrigando. Es, pues, un punto de inflexión en la trama, un momento de cambio, en que el personaje no solo se da cuenta de que la advertencia de Sylvia era verdadera, sino que todo su sistema de creencias se ve perturbado y ya no le es posible encontrar una explicación lógica a tal incidente que se sostenga con su imagen del mundo. Truman experimenta un cambio importante en la estructura de su personalidad, una modificación en la base de su edificio de creencias que lo predispone para un cambio aún más profundo. Producto de este cambio, Truman comenzará a planificar su viaje a Fiji en busca de su amada y jamás olvidada Sylvia. Christof debe poner en juego todas sus armas para evitar esta transformación.

Modos de evitar la transformación

Ya hemos mencionado los medios no violentos de que se sirve el creador para conseguir retener a Truman en Seahaven. Hemos indicado que la ciudad en donde vive es una ciudad perfecta, ideal, y que esto ha permitido que la estrella no sintiese la necesidad de un cambio. Asimismo, señalamos que el proceso de socialización de Truman fue un intento, entre otras cosas, de convertirlo en un ser con moral, con limitaciones, con miedos que lo debilitaran frente al control del creador. Sin embargo, existen otros medios un más coercitivos que han servido para el mismo fin.
Ya desde pequeño, cuando Truman intenta escalar una montaña y llegar a la cima, su padre corre desesperadamente por él para evitar que alcance a ver todo el set de grabación que se hallaba al otro lado del monte. Luego de sujetarlo, le indica con firmeza:

Truman, you’ve got to know your limitations.

Más adelante, en el colegio, en el momento en que la maestra pregunta a los niños de su clase de qué les gustaría trabajar cuando crezcan, tiene lugar el siguiente diálogo:

SCHOOL MISTRESS
What about you, Truman?
TRUMAN
I want to be an explorer…
…like Magellan.
SCHOOL MISTRESS
I’m afraid no one’s going to pay you to do that, Truman. You might have to find something a little more practical. […] Besides, you’re too late. There’s nothing left to explore.

Asimismo, la cruel muerte de su padre constituye uno de los intentos más fuertes y efectivos para controlarlo. No solo imprime en la mente de Truman un agudo dolor, sino que le deja un acentuado temor por el agua. Dado que Seahaven está rodeado por el océano, este miedo que oprime su voluntad lo retiene indefectiblemente. Otro medio consiste en buscar que Truman y Meryl tengan un hijo. Un modo de asentar las raíces de la estrella se concibe prolongando su genealogía y consolidándolo como padre.

A medida que Truman manifiesta mayores deseos de cambiar su situación, el creador y su equipo se empeñan en reprimir, una a una, todas sus aspiraciones. Fuera de toda moral, y quizá olvidando que Truman es, después de todo, un ser humano, recurren a los medios más crueles e inhumanos. Ejemplo de esto es la actitud de Christof al final de film, cuando intenta evitar que Truman llegue a descubrir la verdadera naturaleza de su existencia:

MOSES
(trying to appeal to
Christof sense of reason)
For God’s sake, Chris. The whole world is watching. We can’t let him die in front
of a live audience.
CHRISTOF
He was born in front of a life audience.

4. Desenlace

En el momento en que el velero de Truman golpea con la pared/cielo, no solo ocurre un cambio en su imagen del mundo, sino que su sistema de creencias como un todo se derrumba. Todas sus explicaciones racionales, pretensiones, deseos y valores se ven cuestionados y carecen de pronto de validez. El desenlace constituye una conclusión necesaria a fuerza de los cambios que se produjeron en Truman. De algún modo, la decisión de conocer la verdad estuvo siempre a su alcance.

Christof dice al respecto:

He can leave at any time. If his was more than just a vague ambition, if he were absolutely determined to discover the truth, there’s no way we could prevent him.

La verdad siempre fue asequible para él, pero hicieron falta una concatenación de factores y deseos para que se generara una transformación en su persona y, en consecuencia, se decidiera a actuar a fin de cambiar su situación.

5. Conclusiones

Nuestro trabajo como un todo es atravesado por una noción central: el concepto de dominación. Max Weber lo define como la probabilidad de encontrar obediencia a un mandato de determinado contenido entre personas dadas. Los teóricos de la dominación en sociología han definido a la sociedad como una asociación de dominación, en la que un grupo de individuos ostenta el poder mientras que otro grupo carece de él. Si se reflexiona un minuto sobre la historia de la humanidad, podrá apreciarse que el poder ha sido una variable siempre presente, ya sea de una persona sobre otra, o de una persona sobre un grupo, o de un grupo sobre otro. Así, siempre ha habido dominadores y dominados. Los primeros gozan de autoridad y pueden hacer que los segundos actúen de un modo que de otra manera no actuarían. Los segundos deben acatar los mandatos de los primeros, porque estos últimos tienen los medios necesarios para sancionar todo intento de desobediencia (fuerza física, inteligencia, tecnología, etc.).

En nuestro caso, se presenta una relación en la que un individuo ostenta el control de la información y de la tecnología, mientras que el otro es inconsciente de su propia condición y está despojado de estos medios. Es, en esencia, una relación de dominación en sentido weberiano. A pesar de que Truman desconoce hasta el final del relato que está siendo dominado, sus actos han respondido durante treinta años al diseño calculado de un cerebro creador que fue minuciosamente regulando y reprimiendo todo deseo de cambio o insubordinación. Recurriendo incluso a la muerte, Christof ha ocupado el rol de opresor, sin reparar siquiera en el hecho de que Truman es un ser humano, con sentimientos y pensamientos propios. Es una relación particular la que se da entre Truman y su creador, pues el respeto de Truman no nace de manera consciente, sino que es una respuesta mecánica y automática nacida de valores profundamente arraigados en su identidad. No obstante, Christof domina a Truman en el sentido weberiano, pues encuentra en él la obediencia a todos sus mandatos, sean o no explícitamente formulados.

El filme The Truman Show puede ser entendido como la representación de una relación de dominación absoluta. En esencia, compone una mirada metafórica acerca de una sociedad dominada por un grupo en virtud del desconocimiento absoluto de la verdad. El film puede entenderse como una advertencia acerca del grado de inconciencia al que puede llegar un grupo social que no maneja la información ni controla su propia imagen del mundo. En su propuesta, se ofrece, solapadamente, la posibilidad de que algún día se llegue a construir un inmenso set de grabación en el que la sociedad (la audiencia de los medios de comunicación), termine siendo un protagonista desinformado de su verdadera condición de existencia.

6. Bibliografía

Balázs, Béla. Evolución y esencia de un arte nuevo. Barcelona: Gustavo, Gili, 1978.

Casetti Francesco y Di Chio Federico. Cómo analizar un film. Barcelona: Paidós Ibérica, 1996.

Platón. Obras completas. Buenos Aires: Anaconda, 1946.

Wittgenstein, Ludwig. Sobre la certeza. Barcelona: Gedisa, 2000.

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