En los últimos años se observan dos posturas con respecto a la tecnología del 3D: el público, que demanda constantemente la sorpresa estética, y los profesionales y críticos de cine, que la conciben como la decadencia del sentido del cine clásico.
En los últimos años se observan dos posturas con respecto a la tecnología del 3D: el público, que demanda constantemente la sorpresa estética, y los profesionales y críticos de cine, que la conciben como la decadencia del sentido del cine clásico.