Internet para todos o para ninguno: ¿realmente nos abre las puertas de la información?

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Ensayo escrito en 2012 por Brenda Melink para la materia Taller Multimedia, que dicto en la carrera Gestión de Medios y Entretenimiento, de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE, 2012).

1. Introducción

Hoy en día tenemos a nuestra disposición uno de los servicios más eficientes que presentan las nuevas tecnologías, integrantes de la denominada “Sociedad de la Información” o “Tecnologías de la Información y la Comunicación” (TIC), y con el cual nos encontramos en permanente contacto gracias tanto a la diversidad de contenidos informativos como de funciones que podemos realizar allí. Internet, la red de redes,  no sólo nos permite interactuar con los más diversificados datos que alberga, sino que a su vez nos convierte en creadores de contenido, en ‘prosumidores’[1]. “La Web se convierte en la figura de una utopía, de una sociedad en que los hombres son libres y se pueden emancipar por ellos mismos” (Dominique Wolton, 2000, 7). Siguiendo con este concepto de ‘utopía’, Diego Levis recupera en su libro La pantalla ubicua la idea Masuda sobre  ‘computopia’[2]: “Internet, por su estructura atomizada y su funcionamiento descentralizado, permite la creación de redes ciudadanas abiertas que dan lugar a formas de comunicación y de relación ajenas al modelo jerárquico dominante” (Levis, 2009, 172).

Múltiples son los usuarios que día a día y en cualquier parte del mundo, utilizan y consumen Internet. Pero esto no significa que la masa global en su totalidad pueda acceder tan fácilmente y sin barrera alguna. Esta es la cuestión que acomete nuestro estudio. Nos proponemos analizar el impacto social de la ‘red de redes’, en tanto a beneficios como desigualdades entre pares encontremos, tomando este último como patrón de la llamada ‘brecha digital’. 

2. Internet como herramienta de integración, nos abre las puertas al conocimiento

Uno de los polos de nuestro ensayo es, sin dudas, el auge social que tiene Internet, entendido como herramienta que permite el acceso a la información, a una educación global actual. Siendo parte importante de los nuevos medios audiovisuales, este servicio desafía las “barreras geográficas y de movilidad y contribuye al acercamiento entre personas, sectores económicos y sociales y países. El conocimiento está, en principio, a disposición de todo el mundo.” (Barrenetxea Ayesta, Cardona Rodríguez, 2001, 1). Internet nos ofrece además de una gran cantidad de funciones de diverso grado de complejidad; conocimiento, información, contenidos generales y específicos de distintos autores alrededor del mundo, y quien tenga la posibilidad de utilizarlo podrá acceder a estos, con tan solo un ‘click’, o realizar una búsqueda de mayor envergadura en concordancia con sus objetivos. También nos permite ser nosotros mismos los “generadores de conocimiento” y tener poder de acción, por ejemplo, para hacer frente a la brecha digital, ayudando a expandir el saber a otros sectores sociales que no tienen esta posibilidad. “Participar de forma activa en el movimiento social denominado E-Inclusión, cuyo objetivo es eliminar la brecha digital, un término utilizado para describir el hecho que el mundo se puede dividir entre las personas que tienen y las que no tienen acceso y capacidad para usar las TIC.” (Cladera, 2007, 3) El concepto de ‘e-inclusión’ se centra en, que tanto el uso como el acceso a las nuevas tecnologías, sea igualitario, es decir, que cada vez más personas puedan acceder y aprovechar los beneficios que aportan TIC sin ninguna dificultad.

Por otra parte, Internet cuenta con un desarrollo importante a lo largo de las últimas décadas, caracterizado por la digitalización, y se encuentra en continuo cambio hacia un progreso que permita una mayor participación y acceso, en búsqueda de “flexibilizar y facilitar el uso de estas tecnologías al mayor número posible de individuos. Factores como el desarrollo de la fibra óptica, la telefonía móvil […] han permitido que estas tecnologías puedan ser utilizadas por un creciente número de personas y que los servicios ofrecidos a través de ellas hayan aumentado de forma espectacular.” (Cabrera, 2005, 26). Esto además cuenta con el apoyo de las distintas autoridades de los países, quienes, cada vez más, se interesan por promover el acceso a las nuevas tecnologías, intentando reducir la posible brecha digital o exclusión que pueda producirse. En este sentido, y según de que países hablemos, las autoridades correspondientes pueden establecer un marco legal que propicie el uso de Internet, como también invertir directamente, con o sin ayuda de otros organismos internacionales, en las mismas tecnologías, “en los más diversos ámbitos de sus sociedades” (Ibídem, 31). Uno de los ejemplos a destacar esla Unión Europea, en donde se adoptó una iniciativa titulada “eEurope: una Sociedad dela Informaciónpara todos”. La misma fue planteada en diciembre de 1999 y fue más tarde empleada por los distintos países miembros dela Unión, siendo modificada de acuerdo a las transformaciones que se fueran produciendo en el entorno. Por otro lado, y sin ir más lejos, enla Argentina, hace unos años se presentó un proyecto denominado “Argentina Conectada”, cuyo objetivo radica en ofrecer una amplia cobertura del servicio de Internet de alta velocidad en todo el país. También organizaciones internacionales, fomentaron la implantación de estas tecnologías. Las Naciones Unidas en 2001,

“analizaron las oportunidades que […] podrían representar para un adecuado desarrollo humano de los países y cómo podían ser utilizadas para aumentar algunos de los principales factores necesarios para lograr crecimiento económico y un mayor bienestar social.” (Ibídem, 35) Y finalmente, podemos remarcar la presencia de las organizaciones no gubernamentales comola Fundación BipBip, la cual, a través de la web, da voz a distintos “colectivos desfavorecidos” o excluidos que no tienen reconocimiento o participación en el contexto mundial dela Sociedaddela Información: “inmigrantes, niños tutelados, personas mayores, población reclusa en proceso de reinserción, personas con discapacidad física y psíquica, personas sin hogar […]”. (Cladera, 2007, 4)

Con respecto a las empresas del sector productor de las tecnologías o telecomunicaciones, también podemos encontrar que cumplen un papel importante que va más allá de acuerdos con los gobiernos. Este es el caso de la empresa HP, cuya propuesta realizada en el 2003, en East Baltimore (Estados Unidos), radicaba en la creación de una ‘aldea digital’ en la cual los distintos ciudadanos, generalmente en condiciones de pobreza, tuvieran acceso a las tecnologías, como lo son los ordenadores e Internet, y consigan el mayor beneficio y aprovecho de las oportunidades que estas ofrecen para el ámbito laboral y educacional.

“La visión de la Aldea DigitalBaltimore es la creación de un cultura “e-living”, donde la tecnología esté  al alcance de todos para el aprendizaje, el trabajo  y el entretenimiento. La tecnología se convertirá en una parte intrínseca de la vida de todos, más que una herramienta, se convertirá en el medio a través del cual cada residente pueda experimentar una conexión con la comunidad, la ciudad y el mundo.”

En conclusión, son cada vez más las entidades legales, económicas, sociales y culturales que colaboran para extender el servicio de Internet, como de otras tecnologías, a la mayor cantidad de personas, con el objetivo de integrarlos a esta nueva sociedad, y hasta puedan obtener beneficios o progresar en su vida.

“Los organismos multilaterales, las organizaciones internacionales, los gobiernos y especialmente las empresas del sector de telecomunicaciones e informática, promueven a través de intensas campañas de propaganda política y de publicidad comercial la idea de que la informatización impulsa mejoras importantes en las condiciones de vida de la población mundial […] Las políticas públicas se orientan a promover el equipamiento informático y el acceso a Internet del mayor porcentaje posible de la población […]” (Levis, 2009, 151)

3. Una barrera de exclusión social

Sin embargo, el problema se presenta cuando no se cumple con esas pautas propuestas. Las razones de este inoportuno puede ser por la costosa inversión  que supone adaptar y equipar, por ejemplo, a una escuela en donde se debe enseñar a usar estos nuevos dispositivos, o a parte de la sociedad que nunca tuvo contacto. Aunque dentro de este incumplimiento, se produce otra situación más bien legal: “las TIC están avanzando a un ritmo más rápido que las normativas y que todavía se deben adaptar los marcos reguladores para llegar a una adecuada economía digital abierta y competitiva en la que las TIC sean impulsoras de la inclusión y la calidad de vida.” (Cabrera, 2005, 34)

Otro conflicto surge ante la falta de conocimiento respecto al uso de las nuevas tecnologías, falta de alfabetización digital[3]. Esto puede deberse a que no se tiene acceso a la mismas, por cuestiones económicas o geográficas, y hasta a veces mentales, como lo son la falta de interés o motivación (Casacuberta, 2004, 4). Por ende, aquellos que deban enfrentarse a esta realidad, los llamados ‘infopobres’[4], pasan a integrar la brecha digital, “expresión de las desigualdades profundas existentes en la sociedad. […] es una manifestación de las brechas políticas, económicas y sociales existentes en las comunidades, los países, el continente y en el mundo.” (Gómez y Martínez, 2001)

Por otro lado, según Diego Levis, hay que pensar más allá de los factores positivos de las TIC, y realizar un análisis crítico, en el que la “tecnoutopía digital”, cuya “visión recortada y mercantil del mundo”, es pensada bajo “valores empresariales”. Personas consideradas como “objetos de consumo” con una “doble condición de productores […] y consumidores.” Aquellos excluidos de este sistema, quedan “desprovistos de verdadera existencia”. Entonces, esta Sociedad dela Informaciónestará ínfimamente relacionada a la sociedad del consumo que se desarrolla paralelamente y casi ‘de la mano’. La misma encierra distintos pilares negativos, como “la desigualdad, la miseria, el desarraigo, el hambre de millones de excluidos de la tecno-sociedad global” promovida por “los centros de poder económico, político y científico” (Levis, 2009, 159).

4. Conclusión

Tenemos un claro conocimiento, hasta este punto, de las contradicciones que presentan las nuevas tecnologías, especialmente Internet, en relación al acceso a la información. Si bien reconocemos que existe una posible y nueva forma de exclusión social, entendida como brecha digital, Internet constituye uno de los avances más importantes que se han hecho, y que implica, más allá de lo tecnológico, diferentes esferas o ámbitos, como el “ámbito profesional, científico, artístico, comercial e industrial y personal.” (Levis, 2009, 154). Principalmente supone una nueva forma de producir y adquirir conocimiento. Todo conocimiento que se hallaba en las grandes enciclopedias, ahora está en un solo lugar, en un solo servicio, que es Internet. Vivir conectado y conocer el mundo que nos rodea. Y soluciones, las hay varias. Tal es el caso, de que se cuenta con elementos técnicos que requieren de poca inversión que pueden contribuir y facilitar a muchas personas el acceso a Internet como lo son las redes inalámbricas o wireless-LAN. Sin embargo, habrá que elaborar medidas más fuertes, bien definidas, derribar barreras económicas y culturales, expandir el servicio ‘solidariamente’ a todos.

“En este sentido, las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y comunicación, constituyen una oportunidad histórica que, si se sabe aprovechar, podría hacer posible lo que históricamente ha sido una quimera: conseguir que los grupos más marginados y periféricos de una sociedad puedan disponer de vías de acceso fáciles, baratas y adaptadas a sus posibilidades para alcanzar por sí mismos el centro de la dinámica social y colectiva.” (Cabrera, 2005, 9).

5. Bibliografía

WOLTON, Dominique. ¿Internet, y después? Teoria Crítica sobre los Nuevos Medios. Versión resumen por David Chacovo. Barcelona: Pòrtic, 2000.

La brecha digital como fuente de nuevas desigualdades en el mercado de trabajo [en línea] España: Miren Barrenetxea Ayesta y Antonio Cardona Rodríguez, 2001. En: <www.ucm.es/info/ec/jec8/Datos/…/BarrenetxeaMiren.PDF>

CABRERA, Pedro, RUBIO MARTÍN, M. José, FERNÁNDEZ JURADO, Yolanda, FERNÁNDEZ, Sadot, RÚA VIEYTES, FERNÁNDEZ VELASCO, Elena, LÓPEZ RUIZ, J. Antonio y MALGESINI REY, Graciela. Nuevas Tecnologias y Exclusión Social. Un estudio sobre las posibilidades de las TIC en la lucha por la inclusión social en España. Madrid: Fundación Telefónica, 2005.

GÓMEZ, Ricardo y MARTINEZ, Juliana, 2001. Internet…¿para qué? [en línea] En <http://www.revistainterforum.com/espanol/articulos/Tecnologica_050601.html>

Baigorri, Artemio. Info-ricos e info-pobres. Navegando sin remos sobre la cresta de la ola. HOY. Septiembre 1998.

FERNÁNDEZ CLADERA, Bruno. El papel del profesional de la educación social en la e-inclusión. España: EDUTEC 2007.

La e-inclusión: reducir la brecha digital [en línea] España: David Casabuberta, 2004. En: <www.el4ei.net/esp/biblioteca/…/informe%20brecha%20digital.pdf>

Brecha digital y nuevas alfabetizaciones. El papel de las bibliotecas. [en línea] Universidad Complutense de Madrid: Daniel Pimienta, Cap.1, 2008. <www.ucm.es/BUCM/biblioteca/0Libro.pdf>

CASACUBERTA, David, 2004. e-Learning e inclusión social en el marco del sistema universitario español. Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento (RUSC) [en línea]. UOC. Vol. 1, nº 1. http://www.uoc.edu/rusc/dt/esp/casacuberta0704.pdf

LEVIS, Diego, 2009. La pantalla ubicua. 2ª ed. Ampliada. Buenos Aires:La Crujía.

HP global citizenship catalyzing opportunities for economic growth in East Baltimore. [en linea]

 


[1] Término acuñado por primera vez en 1972 por Marshall McLuhan y Barrington Nevitt, en Take Today  (p.4). Actualmente, establece que se puede ser consumidor y productor de contenidos al mismo tiempo.

[2] Término propuesto por primera vez por Yoneji Masuda en 1960.

[3] Según Miquel Àngel Prats, de la Universidad Ramón Llull, se entiende que “alfabetizar es instruir en los conceptos y procedimientos más básicos de la tecnología […], aprender a leer y escribir con un nuevo lenguaje: el propio de los medios tecnológicos y audiovisuales.[…] y comunicarse con ella con la finalidad última de llegar a ser libres y autónomos y, sobretodo, conocer los retos y oportunidades, así como las amenazas y límites que consecuentemente nos aporta su uso”.

[4] Como categoriza Artemio Baigorri en su informe “Info-ricos e info-pobres. Navegando sin remos sobre la cresta de la ola” de 1998, para la revista HOY.

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