En este ensayo, se defiende la hipótesis de que los desarrollos técnicos contemporáneos colaboran en la configuración de una conciencia aumentada. Desde esta perspectiva, las representaciones simbólicas contenidas en los artefactos culturales operarían en un espacio híbrido, entre lo somático y lo exosomático.
Categoría: Inteligencia Artificial
Inteligencia Artificial
Criaturas inteligentes a imagen y semejanza del hombre
El reciente estreno de Autómata actualiza temas relacionados con la tecnología y el futuro que se anticipaban ya en Metrópolis: la creación de seres artificiales, una obsesión humana de larga data. Cómo las representó la pantalla grande. Entrevista a Santiago Koval, autor de La condición poshumana: camino a la integración hombre-máquina en el cine y en la ciencia.
La Condición Poshumana – Libro
La condición poshumana, primer libro de Santiago Koval (Editorial Cinema, 2008), es una invitación a conocer el futuro de la humanidad. Los límites que separaron desde siempre al hombre de sus productos técnicos se están volviendo cada […]
La robótica doméstica y su integración en los hábitos socioculturales latinoamericanos
El fenómeno de la globalización, el constante avance tecnológico en el campo de la nanotecnología y la búsqueda por la innovación electrónica hicieron orientar, desde ya hace muchos años, tanto a instituciones multinacionales como a organizaciones gubernamentales a la construcción de autómatas con ciertos grados de inteligencia que puedan resolver tareas tanto civiles como militares.
La condición poshumana – Reseña de Irene Cambra Badii
Reseña escrita por Irene Cambra Baddi acerca del libro La condición poshumana. Camino a la integración hombre-máquina en el cine y en la ciencia, de Santiago Koval. Publicada en el Journal de Ética y Cine.
Integración endógena e integración exógena: los dos caminos del matrimonio hombre-máquina
El impulso tecnológico orientado al matrimonio entre hombres y máquinas ha evolucionado paralelalemente al desarrollo de las tecnologías digitales…
Camino al Algoritmo de Dios
Ponencia publicada en las 6tas jornadas de jóvenes investigadores del Instituto de Investigaciones Gino Germani. Número 75. 10, 11 y 12 de noviembre 2011. ISSN 2250-4486. http://iigg.sociales.uba.ar/2011/11/07/6jji/
Por Santiago Koval.
Abstract
Ciencia real y ciencia ficción han construido durante los últimos años mundos posibles presentados como técnicamente probables, que no hacen otra cosa que retomar y reformular mitos tan antiguos como la humanidad misma. En particular, nuestros mitos contemporáneos giran alrededor de la idea de que las fronteras que separan al hombre de sus productos tecnológicos se irán perdiendo, hasta desaparecer, en el futuro cercano. En este nuevo orden de cosas, las nociones tradicionales de máquina y ser humano, día a día más cercanas, empiezan a perder sus atributos distintivos y resultan cada vez más homogéneas. En el punto extremo de las parábolas del discurso científico, la mente humana, máxima expresión de la capacidad organizativa de la naturaleza, se iguala al cerebro artificial, máximo estandarte de la capacidad creativa de la cultura. La búsqueda del Algoritmo de Dios, aquel conjunto finito claramente definible por fórmulas matemáticas que, con reminiscencias bíblicas, Dios usó en la noche de los tiempos para crear la mente humana, se presenta, así, como el más fuerte desafío al momento de intentar recrear, por el camino tecnológico, el secreto máximo de la existencia en un sustrato artificial.
El Algoritmo de Dios y el antiguo sueño de la conciencia artificial
1. Introducción
La llegada de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) a partir de la década de 1970 produjo cambios de orden cualitativo en lo tecnológico realizable (lo que es técnicamente factible) y en lo tecnológico concebible (lo que es teóricamente pensable). Estas transformaciones se han expresado respectivamente en cambios de registro material y conceptual en nuestro espíritu de época, una nueva era en la historia de la humanidad signada por el uso cotidiano y natural de las tecnologías digitales. Tanto en el dominio de la ciencia real como en el de la ciencia ficción, los discursos relativos a la integración hombre-máquina, que discurren acerca de la fusión entre biología y tecnología, apuntan en conjunto a la idea de que las TIC darán lugar, en un punto cercano, a una singularidad tecnológica, punto histórico de inflexión y cambio trascendental expresado en la aparición de androides y poshumanos, figuras artificiales ontológicamente idénticas, e incluso superiores, a los seres originales en que se inspiran.
La revolución tecnológica iniciada con la llegada del microprocesador se ha consolidado en los años noventa a partir de la convergencia material y conceptual entre biología, ingeniería genética, electrónica e informática. La aplicación de regiones tecnológicas diversas al desarrollo de máquinas humanas y humanos mecánicos ha dado lugar a un régimen de nuevos desarrollos técnicos, expresado en el surgimiento de seres artificiales híbridos, a mitad de camino entre biología natural y tecnología cultural. Este conjunto de nuevas posibilidades ha ido transformando el horizonte narrativo de los discursos asociados a esta rama de desarrollo, alimentando conforme a ello las fantasías y aspiraciones de realidad en los centros de investigación más influyentes del planeta. La mayoría de estos centros se ubican en universidades e institutos especializados en robótica, cibernética, nanotecnología, ingeniería genética, biotecnología, informática, etc., y sus autores y principales promotores son mayormente inventores y especialistas en tecnologías de punta que han participado desde hace años en el desarrollo de las técnicas sobre las que ahora reflexionan.
Robots cada vez más perfectos y su impacto en la sociedad del futuro
Fuente de la imagen: Hanson Robotics.
INTRODUCCIÓN
Una de las tecnologías más importantes en la nueva sociedad tecnológica y post-industrial, denominada sociedad en red, es la robótica (Castells 1996). La visión de un mundo en el que el trabajo de los seres humanos pudiera ser reemplazado por el de los robots, proclamada por los expertos en robótica desde hace tiempo (Moravec 1999), no se ha cumplido aún (López Peláez, Krux 2001).
En la actualidad, es un tema que causa mucha controversia e interés pensar que en un futuro cercano, robots más avanzados tecnológicamente podrían llegar a convivir con los seres humanos en el ámbito público de nuestra sociedad, desempeñándose en empleos y tareas propias de nosotros. El avance del proceso tecnológico rinde sus frutos desde hace ya bastante tiempo y muchas tareas que anteriormente eran realizadas por el hombre fueron progresivamente dejadas a las máquinas.
Construyendo un androide: jugando a ser Dios
La construcción de androides (seres artificiales idénticos a humanos) forma parte de la propensión natural del hombre a recrear y representar la realidad natural por medio de símbolos artificiales, que se remonta a los bisontes del hombre primitivo y se extiende hasta las modernas técnicas de realidad virtual del hombre posmoderno. Con el desarrollo de la cultura icónica en la civilización occidental a partir del siglo XVIII, esta tendencia a representar lo real se consolidó con una intensa producción de figuras e imágenes destinadas a ser experimentadas como más reales que lo real mismo, en una inclinación hacia una representación realista, verista y naturalista de las cosas. El antropomorfismo, como instancia particular de esta tendencia más general, se vio beneficiado, a partir de este siglo, por la preferencia de la representación realista de las figuras e imágenes destinadas, en su máxima expresión, a reemplazar al objeto representado. Ahora bien, ¿de dónde viene esa pulsión por crear androides y máquinas humanas?
Se podría pensar, de algún modo, que el antropomorfismo en la construcción de seres artificiales simplifica la tarea: es más fácil armar un ser absolutamente funcional si se parte de un modelo de funcionamiento perfecto, como el ser humano. El ingeniero que busca recrear en el artefacto mecánico la compleja dinámica del organismo humano, tiene a su disposición un modelo de arquitectura y estructura cibernética insuperable, producto de millones de años de evolución biológica, que le sirve de arquetipo en funciones y apariencias, y que le revela en todo momento las directrices fundamentales que deberá respetar a fin de tener éxito en su diseño artificial.
El test de Turing y la Inteligencia Artificial Dura
La Prueba de Turing, propuesta en un famoso artículo publicado en 1950 por el matemático y filósofo Alan Turing, uno de los padres de la ciencia de la computación y la informática moderna, consiste en un experimento destinado a comprobar si una computadora (una máquina universal de Turing ) puede pensar tal como lo hace un ser humano. La prueba consiste en un interrogatorio llevado a cabo por un humano que presenta una serie de preguntas a dos individuos ubicados detrás de sendas puertas, uno de los cuales es una máquina. Si el interrogador no puede distinguir cuál de los dos sujetos es el ser humano y cuál la máquina, entonces ésta ha pasado la prueba, y podemos afirmar de ella que tiene una capacidad de pensamiento análoga a la de un ser humano. Turing especulaba que para el año 2000 una computadora electrónica podría pasar aproximadamente un 30 por ciento de éxitos frente a un interrogador promedio durante un interrogatorio que durara cinco minutos.
Memoria y soportes tecnológicos: ¿desventaja para el desarrollo intelectual?
Es difícil imaginarse la realización de tareas como el registro de datos, la contabilidad, la planificación e incluso la formación académica sin la utilización de tecnologías desde la imprenta y la fotografía hasta la informática
Convergencias tecnológicas en la era de la integración hombre-máquina
Artículo publicado en el número 75 de Razón y Palabra, del Instituto Tecnológico de Monterrey. El desarrollo tecnológico de los últimos 40 años ha motivado proyecciones imaginarias, antes técnicamente imposibles, acerca de un cambio en […]
El HAL 9000 de Google y el futuro de la Inteligencia Artificial
Hace unos años, en el Zeitgeist 2006, Larry Page, co-fundador de Google Inc., aseguró que el objetivo final de Google para su motor de búsqueda era conseguir que sea capaz de entender cualquier cosa que solicite el usuario y que pueda buscar la información correcta de forma instantánea. Un motor de búsqueda que sepa exactamente lo que uno está buscando, que pueda entender las preguntas que se le hacen incluso mejor que uno mismo, y que pueda encontrar exactamente la información correcta y “responder” instantáneamente.
“La gente siempre asume que ya hemos hecho todo lo posible en las búsquedas. Están muy lejos de la realidad. Probablemente estamos a solo el 5 por ciento del camino para llegar al final. Queremos crear el motor de búsqueda definitivo que pueda entender cualquier cosa … alguna gente puede llamarlo inteligencia artificial”, afirmó Page en una entrevista realiza ese mismo año.
Como siempre, la ciencia ficción se adelanta a la ciencia real, y en 1968 Stanley Kubrick llevó a la pantalla grande a HAL 9000 (la sigla HAL se forma por las letras que preceden a la sigla IBM, y significa Heuristically programmed ALgorithmic computer). Se trata de una supercomputadora dotada de inteligencia artificial que domina por completo la nave espacial Discovery, tripulada por seres humanos que se dirigen al Planeta Júpiter, por motivos que solo HAL conoce.
Sistemas expertos de Inteligencia Artificial
Un sistema de inteligencia artificial es actualmente el mayor exponente de la mimesis del cerebro. Se trata de una máquina compleja compuesta, por lo general, por un código de programación (software) combinado con un soporte o sustrato físico (hardware).